El Teatro tiene una larga historia de presencia en la educación argentina, aunque no específicamente en los espacios curriculares dedicados a la educación artística, ni enseñado por profesores de Teatro. Los objetivos con los que se hizo presente fueron evolucionando junto con la sociedad y con las orientaciones cambiantes de la pedagogía. Estas búsquedas, importantes como antecedentes, tuvieron, la mayoría de las veces, marcos epistémicos basados en aspectos de la Psicología, la Sociología, la Política, la Ética, la Literatura, la Oratoria o la Didáctica, pero no específicamente en arte.
“La mirada que la institución escolar posee en relación con los aprendizajes teatrales está teñida por supuestos derivados de esos marcos. Enfocando al Teatro desde la Psicología, se espera de él que esté presente en la escuela para que los estudiantes tengan oportunidad de conocerse mejor a sí mismos y puedan expresar sus sentimientos. Desde la Sociología se le atribuye la tarea de desarrollar habilidades sociales y enseñar a convivir. Desde la Política, se lo considera herramienta para la formación de líderes y para despertar la conciencia de los pueblos. Desde la Ética, se privilegia su poder catártico. La Literatura lo aborda como texto escrito. La Oratoria como ejercicio para desarrollar la oralidad y la Didáctica como una estrategia lúdica para enseñar contenidos de cualquier área. Ninguna de estas miradas podría considerarse errada, pero sí poco orientada hacia los saberes específicos, fragmentadora, y parcial”.[1]
Con la Ley Federal de Educación, en 1995, por primera vez en la historia de la educación argentina, se enuncia al Teatro como un lenguaje artístico que conforma el Área con igual envergadura que la Música o las Artes Visuales. Se desarrolla en el Documento de los Contenidos Básicos Comunes un encuadre epistemológico y pedagógico inédito, ya que no se encontraron antecedentes de una producción que contemplara todos los aspectos y todos los niveles, tal como se presentaron en ese material.
A partir de esta novedad, el lenguaje Teatro aparece en el currículum de cada jurisdicción de un modo dispar y discontinuo. Todos los enfoques ya mencionados, predecesores del nuevo concepto de Teatro como lenguaje artístico, subsisten en el imaginario escolar y condicionan la tarea del especialista, el profesor de Teatro. En la comunidad educativa aún subsisten prejuicios que consideran a estos aprendizajes alejados de la rigurosidad de los saberes científicos y poco significativos dentro de un currículum prescripto.
Comenzaron a Los Programas compensatorios creados en los últimos años desde el Ministerio de Educación de la Nación para el mejoramiento de la calidad, demandaron docentes de Teatro al implementar Programas como Escuela Creativa, Escuelas Artísticas, PROMERE y PROMEREM, Plan Social, Escuelas Solidarias y C.A.J., entre otros. También desde la educación no formal, diferentes espacios como municipios, comedores populares y escuelas de verano comenzaron a demandar profesores de Teatro para niños y jóvenes.”
Así detalla los antecedentes de esta disciplina en rasgos generales un documento del Ministerio de Educación de la Nación en las Recomendaciones para la elaboración de Diseños Curriculares Profesorados de Educación Artística –en su versión borrador sintetizando un recorrido claro de la presencia dispar e informal de Teatro en la Escuela y donde la Provincia de Entre Ríos no fue ajena, para arribar a lo que hoy la escuela secundaria entrerriana está viviendo : su “re-significación”, que pone de manifiesto la necesidad y las alternativas que implican pensarla en otros términos, en posibilidades y contingencias para un tiempo que requiere de la voz de todos los actores involucrados en las instituciones de este nivel, el documento N° 2 de trabajo curricular y epistemológico expresa que establecer una nueva Escuela Secundaria comprende no sólo los modos en los que se trasluce la estructura puesta en juego en un diseño curricular, sino también las intenciones y expectativas que circulan en este diseño.
En el marco de las transformaciones políticas, culturales y tecnológicas, tan importantes como las que hoy se producen, se hace necesario discutir cuáles son las renovaciones que habría que plantear en el currículum actual, teniendo en cuenta los nuevos modos de comprender la realidad. Momento importantísimo para quienes estamos convencidos de los aportes que tiene el Teatro como disciplina curricular, como objeto de conocimiento escolar.
En este sentido el Consejo General de Educación y la universidad Autónoma de Entre Ríos, Facultad de Humanidades, Arte y Ciencias Sociales, Subsede Gualeguaychú, Profesorado de Teatro, mediante Resoluciones N° 1851 de Uader y Resolución N° 714 del C.G.E aprueban el proyecto Experiencia Piloto Teatro en la escuela.
[1] Documento del Ministerio de Educación de la Nación en las Recomendaciones para la elaboración de Diseños Curriculares Profesorados de Educación Artística versión borrador.
“La mirada que la institución escolar posee en relación con los aprendizajes teatrales está teñida por supuestos derivados de esos marcos. Enfocando al Teatro desde la Psicología, se espera de él que esté presente en la escuela para que los estudiantes tengan oportunidad de conocerse mejor a sí mismos y puedan expresar sus sentimientos. Desde la Sociología se le atribuye la tarea de desarrollar habilidades sociales y enseñar a convivir. Desde la Política, se lo considera herramienta para la formación de líderes y para despertar la conciencia de los pueblos. Desde la Ética, se privilegia su poder catártico. La Literatura lo aborda como texto escrito. La Oratoria como ejercicio para desarrollar la oralidad y la Didáctica como una estrategia lúdica para enseñar contenidos de cualquier área. Ninguna de estas miradas podría considerarse errada, pero sí poco orientada hacia los saberes específicos, fragmentadora, y parcial”.[1]
Con la Ley Federal de Educación, en 1995, por primera vez en la historia de la educación argentina, se enuncia al Teatro como un lenguaje artístico que conforma el Área con igual envergadura que la Música o las Artes Visuales. Se desarrolla en el Documento de los Contenidos Básicos Comunes un encuadre epistemológico y pedagógico inédito, ya que no se encontraron antecedentes de una producción que contemplara todos los aspectos y todos los niveles, tal como se presentaron en ese material.
A partir de esta novedad, el lenguaje Teatro aparece en el currículum de cada jurisdicción de un modo dispar y discontinuo. Todos los enfoques ya mencionados, predecesores del nuevo concepto de Teatro como lenguaje artístico, subsisten en el imaginario escolar y condicionan la tarea del especialista, el profesor de Teatro. En la comunidad educativa aún subsisten prejuicios que consideran a estos aprendizajes alejados de la rigurosidad de los saberes científicos y poco significativos dentro de un currículum prescripto.
Comenzaron a Los Programas compensatorios creados en los últimos años desde el Ministerio de Educación de la Nación para el mejoramiento de la calidad, demandaron docentes de Teatro al implementar Programas como Escuela Creativa, Escuelas Artísticas, PROMERE y PROMEREM, Plan Social, Escuelas Solidarias y C.A.J., entre otros. También desde la educación no formal, diferentes espacios como municipios, comedores populares y escuelas de verano comenzaron a demandar profesores de Teatro para niños y jóvenes.”
Así detalla los antecedentes de esta disciplina en rasgos generales un documento del Ministerio de Educación de la Nación en las Recomendaciones para la elaboración de Diseños Curriculares Profesorados de Educación Artística –en su versión borrador sintetizando un recorrido claro de la presencia dispar e informal de Teatro en la Escuela y donde la Provincia de Entre Ríos no fue ajena, para arribar a lo que hoy la escuela secundaria entrerriana está viviendo : su “re-significación”, que pone de manifiesto la necesidad y las alternativas que implican pensarla en otros términos, en posibilidades y contingencias para un tiempo que requiere de la voz de todos los actores involucrados en las instituciones de este nivel, el documento N° 2 de trabajo curricular y epistemológico expresa que establecer una nueva Escuela Secundaria comprende no sólo los modos en los que se trasluce la estructura puesta en juego en un diseño curricular, sino también las intenciones y expectativas que circulan en este diseño.
En el marco de las transformaciones políticas, culturales y tecnológicas, tan importantes como las que hoy se producen, se hace necesario discutir cuáles son las renovaciones que habría que plantear en el currículum actual, teniendo en cuenta los nuevos modos de comprender la realidad. Momento importantísimo para quienes estamos convencidos de los aportes que tiene el Teatro como disciplina curricular, como objeto de conocimiento escolar.
En este sentido el Consejo General de Educación y la universidad Autónoma de Entre Ríos, Facultad de Humanidades, Arte y Ciencias Sociales, Subsede Gualeguaychú, Profesorado de Teatro, mediante Resoluciones N° 1851 de Uader y Resolución N° 714 del C.G.E aprueban el proyecto Experiencia Piloto Teatro en la escuela.
[1] Documento del Ministerio de Educación de la Nación en las Recomendaciones para la elaboración de Diseños Curriculares Profesorados de Educación Artística versión borrador.
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